Editorial del director de Redes Quinto Poder IDEA Publicada el domingo 31 de julio de 2022 en el periódico El NORTE https://www.elnorte.com/crisis-hidrica-y-gobierno-chico-2022-07-31/op231138
Nuevo León enfrenta una crisis por falta de agua con gobierno chico y analfabetismo cívico
Hace un par de años en este mismo espacio hablaba de cómo la pandemia ocasionada por el Covid-19 develó la profunda desigualdad social en Nuevo León, que lamentablemente no es exclusiva ni de nuestro Estado ni de nuestro país.
Así expresaba que, aunque pasábamos bajo la misma tormenta, navegamos en diferente barco.
Hoy otra crisis se ensaña con Nuevo León, la falta del agua. Una sociedad que vive de prisa, alejada de la realidad económica de otras entidades de nuestro país, pujante y líder, se ha tenido que enfrentar a que no tiene agua para bajarle al baño, o que tiene que bañarse con una cubeta en la regadera, o peor para las familias que utilizaban el agua que provee el Estado para consumo humano, que ahora tienen que esperar una pipa o comprar un garrafón de 40 litros de entre 25 y 60 pesos.
La Administración de Samuel García se ha visto pequeña ante la magnitud del problema, comunicando por ignorancia, dolo u omisión cosas que hasta hoy no se cumplen en muchos sectores, como los horarios en los que supuestamente las personas deberían tener agua.
Así la gente se tuvo que desmañanar a las 4:00 am para darse cuenta que no salía nada; después, esperar unas horas, preparar el desayuno, dejar la comida lista, irse a trabajar con estas temperaturas. Por ello la polarización, el enojo y bloqueo de vialidades.
«No los ocupamos, porque aquí sí sacamos debajo de las piedras el agua, el dinero y el orgullo», dijo el Gobernador para referirse a que los Estados no han enviado ayuda a Nuevo León.
Hay que puntualizar que, en general, las y los ciudadanos, a los que no ocupamos son a los Gobiernos. De hecho, solo sabemos más de ellos cuando su incapacidad nos afecta y eso desde luego se convierte, la mayoría de las veces, en violaciones a los derechos humanos. Sea en una cita para el SAT que no llega, en una avenida mal construida y que genera embotellamientos, en un bache, en un hospital del IMSS sin medicinas y sin cama digna, o en un registro público como el de Nuevo León que no funciona porque «están actualizando el sistema», ahí es donde nos damos cuenta de cuán mala es una Administración y volteamos a ver al Gobierno.
Desde luego, la crisis del agua es cosa aparte, miles de usuarios han reportado que, a pesar de no contar con agua, o con un servicio intermitente, los recibos llegaron con excesos de cobros, 2, 4, 10 o hasta 16 mil pesos.
Hay que decir que la corrupción ha permitido que, durante mucho tiempo, personas y establecimientos estuvieran o bien robando agua, o bien teniendo un servicio contratado distinto al que en realidad operaban (comercial-residencial). Se debe de terminar con el robo, todas y todos tenemos la obligación de denunciarlo, y le toca a la autoridad establecer qué tipo de sanción debe recibir este grupo.
Por otro lado, para las personas que reclaman sobre cobros, se deben gestionar mesas de atención eficientes, donde encuentren una ruta de solución concreta a su problemática, en lugar de que, como sucede hoy, los traigan vuelta y vuelta, o haya un servicio hasta las 2.
Profeco, del Gobierno federal, es la primera en la fila y la responsable de proteger a los consumidores de este país. Agua y Drenaje y todas las dependencias de atención ciudadana que crearon en la actual Administración estatal. Las y los diputados desde sus oficinas de gestoría, o bien desde el patio del Congreso, deberían estar atendiendo para buscar la condonación o acuerdos de pago para las personas que reclaman sobre cobros en sus recibos de agua.
Los organismos y personas servidoras públicas que antes mencioné cuentan con atribuciones legales y sobre todo con dinero de los contribuyentes que deberían estar utilizando para atenderlos. Así que llamemos todas y todos a que atiendan a las personas.
Si bien en Nuevo León gozamos de altos índices de educación, de una mejor economía que se traduce en mejores sueldos y prestaciones laborales que nos distancian del resto del país, la mayoría de sus habitantes se encuentran en situación de analfabetismo cívico; esto ha tenido como consecuencia que la mayoría no ponga atención en las instituciones y en sus servidores públicos, en conocer y ejercer sus derechos, en la obligación de proteger y preservar la naturaleza y en cumplir con nuestras obligaciones.
La falta de atención en nuestras instituciones ha tenido variadas consecuencias, la más grave de ellas es que han llegado a las instituciones personas que no ponen atención a los ciudadanos o los tratan como ciudadanos de primera y de segunda, y hoy, con crisis del agua, eso es más palpable que nunca.
Por ello creo que de esta crisis no solo debe salir una solución de largo plazo para nuestro Estado, también nos debe llevar a reflexionar a que el civismo debe volver, mejorarse y quedarse.
Aunque es una tarea monumental y cuesta arriba, todavía tengo mucha fe en las personas, y sobre todo en la formación de personas para que transiten de habitantes a ciudadanos; para mí es como la búsqueda de la utopía que, como decía Fernando Birri en una frase que siempre se atribuye a Galeano, sirve para eso, para avanzar.