Nuevolandia y Nuevo León

Monterrey, México a 9 de octubre de 2022

Hoy vivimos en dos entidades, Nuevolandia y Nuevo León.

Nuevolandia es aquel mundo feliz donde los filtros de Instagram pueden cambiar no sólo el rostro de las personas, sino también la realidad de las cosas.

Nuevolandia es el mundo en el que, como el metaverso de Facebook, se crean realidades alternas en donde viven el Gobernador Samuel García y su gabinetazo.

Nuevolandia es el Estado con tres nuevas Líneas del Metro, uno ya ampliado hasta Pesquería. Nuevolandia es el mundo donde todas las escuelas públicas tienen una infraestructura tan fregona que hasta Noruega las envidia.

Nuevolandia es donde la seguridad es tal que no hay otro lugar para nacer, crecer y desarrollarse. Nuevolandia es donde se respira aire puro y con stories de Instagram se terminó la contaminación.

Nuevolandia es donde una «nueva Constitución» crea un mundo feliz.

Nuevo León, por el contrario, son las largas filas que padecen las personas usuarias del transporte esperando los camiones chinos que no llegan, Nuevo León es el usuario que soporta dos Líneas del Metro con una infraestructura que no ha mejorado y por la que los usuarios deben pagar un 22 por ciento más de tarifa.

Nuevo León es este Estado en el que el equipo de Comunicación Social del Gobernador realizó un contrato de al menos 20 millones de pesos, en el que siguieron los lineamientos de la Estafa Maestra para allegarse de recursos públicos.

Nuevo León es el Estado donde crearon un impuesto que da permiso para contaminar y en donde las chimeneas siguen echando veneno las 24 horas sin consecuencia.

Es donde el Subsecretario de Cambio Climático de la Secretaría de Medio Ambiente tiene como único mérito para estar ahí el haber sido candidato de Movimiento Ciudadano.

Nuevo León es éste en el que el Gobernador dice que defiende la Sierra de Picachos, pero tiene en la Subsecretaría del Trabajo a un operador de una empresa que en Cerralvo extrae piedra que contamina el agua y está destruyendo el ecosistema del área natural protegida.

Nuevo León es donde los estudiantes de la Normal Superior Moisés Sáenz se ven obligados a protestar bloqueando calles porque el municipio de Monterrey y el Estado han sido incapaces de garantizar su seguridad.

Nuevo León es donde las mujeres se sienten inseguras, donde el Gobernador las revictimiza y hace diagnósticos médicos de las víctimas, como lo hizo con Yolanda Martínez Cadena.

Nuevo León es donde las personas sufren de todo tipo de delitos y el Gobernador desde sus camionetas blindadas y con guaruras armados dice que no estamos tan peor.

Nuevo León es donde una reforma integral a la Constitución fue aprobada, sin consulta abierta a la ciudadanía, por un 90 por ciento de las y los Diputados; la reforma constitucional es un logro de una persona, sí, pero con ello se selló el pacto de impunidad que afecta a los otros millones de personas que habitamos el Estado.

Las instituciones van a mejorar cuando las encabecen personas servidoras públicas que entiendan, primero, que no son eternos, que su paso es temporal y que no son dueños ni del lápiz con el que escriben, y segundo, que están sujetos al escrutinio público.

Si quieren que la opinión no les cuestione lo que tenemos derecho a cuestionar, deberían volver a la iniciativa privada o al cobijo de su sociedad civil.

Y si hay acciones que aplaudir, las reconocemos, por ejemplo, el que el Gobernador haya cumplido con el compromiso de crear el buscador de nómina en la página de transparencia estatal, un avance que todas y todos deberíamos utilizar para que se completen las mejoras necesarias.

Nuevolandia se engrandece con habitantes aplaudidores. Nuevo León será mejor con ciudadanos que IDEAN: identifican, denuncian y actúan.

Cierro con una anécdota: Un Secretario del Gobierno de Samuel García, que antes estuvo en la «sociedad civil», me escribió para regañarme por una opinión que vertí sobre el aumento a las tarifas del Metro.

«Tú eres técnico», me dijo por WhatsApp. Le respondí que teniendo tantos problemas que resolver en el Estado me sentía halagado de que se tomara tiempo para cuestionarme por mi opinión pública.

Luego pensé que si ésos son funcionarios emanados de la sociedad civil, no imagino cómo han de estar los de siempre, los que han estado bajo la cobija del erario. Luego por eso creo que las instituciones no cambian.

El autor es director de Redes Quinto Poder IDEA.

jmr@redesquintopoder.org

Publicada en el Periódico El Norte el 9 de octubre de 2022